viernes, 17 de enero de 2014

La sonrisa de Mandela. De John Carlin.

Transcribo a continuación algunas de las citas que me han gustado del libro de John Carlin, que por otra parte tampoco es ninguna maravilla ni la gran obra que esperaba sobre Mandela, pero sí un relato muy sentido que da una idea de por qué fue tan especial, tan único y probablemente el personaje más influyente de la historia reciente.
Los apuntes acerca del carisma y la empatía son de gran ayuda para comprender la esencia de este gran personaje.

"El apartheid equivalía a un genocidio moral".

"Fue un profesor del colegio quien le puso el nombre de Nelson, en honor del más famoso de los Almirantes Británicos".

"¡Es increíble! ¡Mandela fue capaz de perdonar a todos sus enemigos, pero fue incapaz de perdonar a su exmujer!"

Cubierta del libro (Destino, 2013).

Sobre el carisma:
"Mandela tenía la nobleza verdadera de la naturalidad y no era consecuencia de un esfuerzo mental consciente. Los americanos habrán escrito cuarenta tesis dosctorales y más libros de autoayuda que analizan los tributos necesarios para imponer tu personalidad, hacer amigos e influir en la gente. Pero Mandela es un líder natural. Posee una tremenda confianza en sí mismo. Siempre está convencido de caerle bien a la gente. Tiene la absoluta certeza de ello y, cuando tienes esa seguridad, desprendes unas vibraciones que llamamos carisma. Cuenta con un antivirus en su sistema que lo invita a creer que les parece simpático a todos". 
Tony O'Reilly, empresario irlandés que conoció a Mandela.

"Por desgracia para los escritores de tesis doctorales y manuales de autoayuda ese carisma de alto voltaje es algo con lo que se nace, o en algunos casos se aprende de pequeño. Como señalaba O'Reilly, sólo puede ser algo natural".

Sobre la empatía:
"Mandela poseía una extraordinaria empatía. Como herramienta de liderazgo, la empatía vale el doble que cualquier otra, porque combina la generosidad con la habilidad de sacar réditos políticos, Mandela interiorizaba los miedos y aspiraciones de sus enemigos, les dejaba claro que los comprendía y al ser capaz de ponerse en su piel conseguía ganarse su gratitud y estima, al tiempo que les tomaba la delantera en las negociaciones. Los líderes afrikáners con los que pactó sucumbieron a su embrujo, pero nunca fueron capaces de comprender su forma de pensar como él entendía la de ellos".

La figura del líder:
"Un líder de verdad es alguien que nos puede ayudar a superar las limitaciones de nuestra pereza individual y de nuestro egoísmo y debilidad y miedo y lograr que hagamos cosas mejores, y más difíciles que las que podemos hacer por nosotros mismos" David Foster Wallace (periodista).

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